Han visto que desagradable sensación produce la palabra, o más bien la orden, “APÚRATE”?…. ¡Es horrible! La angustia que provoca el estar atrasado, el llegar tarde, es partir mal. Me pregunto si el problema es solo mío, o es el ritmo acelerado de la vida, que te obliga a “apurarte” para no quedar atrás.
Entiendo que a mí me afecte el “apuro”, porque me reconozco ansiosa y quiero hacerlo todo, conocer, mirar, sentir, y eso es prácticamente imposible si pensamos que el tiempo, tiene claro sus límites y duración. Pero, ¿qué responsabilidad tiene en esto la sociedad que siempre pide más? Les pongo un ejemplo:
-Estas saliendo con alguien, y te preguntan:
-“Y… ¿cuándo se formaliza esta relación?”
-Estas de novio,……”Y, ¿cuándo se casan?”
-Te casaste…….” Y, ¿los niños cuándo?”
-Tienes un hijo…..”Y, ¿el hermanito para que le haga compañía?”
Nunca están conformes, siempre quieren más, o es insuficiente.
El comercio también hace lo suyo. Estamos en Julio y ya se están aprontando para el Dieciocho. Luego Halloween y ya viene Navidad. Es Noviembre y las vitrinas repletas de adornos navideños, pero antes del 24 de Diciembre, ya cambiaron por Año Nuevo. Aun no sales de vacaciones y ya aparecen los uniformes y útiles de colegio. Pleno verano y las tiendas ofreciendo estufas y ropa de invierno.
¡Nadie puede con este ritmo, necesito valor para seguir!! Como dice la Mafalda: “Paren al mundo que me quiero bajar”. Quiero tiempo para mí, para disfrutar la vida sin culpa y sin apuro.
Pero también debo reconocer que existen ejemplares, que sí van al ritmo de los acontecimientos, y que además se jactan de ello, son admirables, pero no por eso menos odiosos, me causan molestia y desagrado, aunque en el fondo debo reconocer, que debe ser la envidia la que habla por mí. A nadie le puede caer bien alguien que te diga:
-“Yo tengo los regalos de Navidad comprados desde el 15 de Noviembre”
-“El árbol lo armamos en familia todos los 20 de Noviembre al son de villancicos y música acorde”
– “Me voy de vacaciones, pero dejé comprado todos los útiles escolares, forrados y marcados, y el uniforme para los niños listo”.
¡¡Qué gente tan insoportablemente perfecta y tóxica!! Por último, por dignidad y respeto a las “retrasadas” como yo….te callas
Y ya que estamos hablando de gente perfecta, en el gimnasio parece que se juntaron varios ejemplares, que de verdad creo que hacen competencia entre ellas para saber quién gana. Mientras intento no perder el paso, para no tropezar en la trotadora, escucho:
-“Mis niñitas son tres, na que decir de ellas, les va fantástico en el colegio, estupendos promedios, estudiosas, responsables, buenas deportistas y preciosas”
¡Cómo tanto digo yo, cómo no va a tener una hija normal, con algún diente chueco, que le cargue la matemática, o tenga pie plano!
Sigue la otra:
-“Mi marido anoche llegó con flores, es que él sí sabe sorprenderme, cuando viaja, me trae maravillas en ropa interior, o llega con alguna joya de sorpresa, además no tiene guata y le carga el futbol”.
En ese momento estoy pensando seriamente en tirarme a las ruedas de la bicicleta mientras escucho, pero me acuerdo que es estática y desisto. Continúa la tercera:
-“Francisco Andrés, es lo más colaborador que hay en las cosas de la casa, cocina los manjares más deliciosos, tiene un gusto exquisito para decorar, le encanta recibir gente y es lo más papá que hay, adora los niños”.
A estas alturas, créanme que yo estoy casi con nauseas por lo que hablan. Finalmente se callan y las tres me miran fijo como para darme a entender que es mi turno. Pienso, (no mucho en realidad porque lograron sacar lo peor de mi) respiro profundo, y les digo, con un aire casi de madre superiora: “se dan cuenta lo maravillosa que es la vida, somos unas afortunadas, tenemos que sentirnos agradecidas, por todo lo que hemos recibido. Ahora si me perdonan chicas, debo retirarme porque el tiempo corre y las horas vuelan”.
Me sentí poderosa, nadie podía competir con esas mujeres favorecidas con tantos beneficios juntos, sin embargo creo que después de todo, puedo decir que aprendí a usar el tiempo a mi favor.
Muchas veces nos encontramos con personas que quieren tener un envase precioso pero no olvides que lo que realmente vale es el contenido
Absolutamente de acuerdo.
Me acorde una vez en el trabajo mi colega hablaba y hablaba de lo especiales eran sus hijos practicamente superdotados llamados por la NASA a que les solucionaran algun que otro problemita y sus hijas practicamente habian enseñdo en la universidad desde que salieron del vientre materno (suelo exagerar un poco lo que cuento pero este no es el caso)
Terminada sus historias me mira y me dice y Pepe como es la tuya?
Mi respuesta no paso por mi cerebro salio desde lo pas profundo de mi ser. “No la mia es normal”
Jajaja, esa es una buena historia y una ¡¡aún mejor respuesta!!.
Muchas personas necesitan reafirmar su seguridad, con este tipo de comentarios, sin que sean de verdad necesarios.
Gracias por compartir